domingo, 18 de marzo de 2012

Existen varios tipos de obesidad, algunos basados en la distribución de la grasa, que es originada por la forma del cuerpo de la persona, por las condiciones de las células, por la edad o el nivel. Dependiendo del criterio utilizado, la obesidad puede clasificarse según la etiología, por la morfología del tejido adiposo, y por la movilidad y distribución de la grasa.



Clasificación


Según su causa


Obesidad endógena o secundaria

Supone un 1-5% de las obesidades. Está relacionada con otros problemas de salud, como el hipotiroidismo, enfermedad de Cushing, insulinoma, etc.


Obesidad exógena

Supone el 90-95% de las obesidades. Está relacionada con el modo de vida, en especial con la alimentación



Según la morfología del tejido adiposo


Obesidad hiperplásica

Obesidad generalmente infantil. En ella se produce un aumento del número de células adiposa (adipocitos), así como un aumento en el tamaño de dichas células. Un niño obeso predispone a un adulto más obeso. Se ha comprobado que 70% de obesos de 10 a 13 años siguen siéndolo cuando llegan a la edad adulta.


Obesidad hipertrófica

Es propia de los adultos. Se produce un aumento del volumen de los adipocitos


Obesidad mixta

Cuando es una asociación de obesidad hipertrófica a e hiperplásica



Según su movilidad


Obesidad Dinámica

Obesidad formativa, reciente, en la que la respuesta del tejido adiposo a una dieta restrictiva produce una fácil movilización de grasa y disminución de peso. Se produce por una aumento de la ingesta o una disminución de la actividad física


Obesidad Estática

Etapa más avanzada de la enfermedad. Resulta difícil movilizar la grasa del tejido adiposo al hacer dieta. Tiene un bajo metabolismo y un bajo requerimiento energético



Según la distribución de la grasa


La obesidad puede clasificarse de tipo androide, de tipo ginecoide o de distribución homogénea y se determinan mediante la medición de la cintura como del Coeficiente cintura-cadera.


Obesidad tipo androide (masculina)

Este tipo de obesidad se conoce también como obesidad abdominal, central, del tronco, y a veces como obesidad de forma de manzana. La obesidad tipo androide se caracteriza por la acumulación en la región abdominal, especialmente en la intra-abdominal, de grasa visceral profunda y también de grasa subcutánea. Se distinguen dos subtipos: Obesidad abdominal subcutánea en la que el depósito de grasa se encuentra en el tejido celular subcutáneo, y si predomina profundamente, con disposición perivisceral en el área mesentérica, se habla de obesidad abdominal visceral.


La obesidad tipo androide es la más peligrosa para la salud. Las células grasas de los depósitos viscerales profundos son grandes y metabólicamente muy activas. Liberan muy fácilmente ácidos grasos a la sangre cuando son estimuladas por la adrenalina, y de este modo pueden contribuir a que se produzcan alteraciones del metabolismo de la glucosa y los lípidos, especialmente en individuos sometidos a stress sicológico.


La obesidad tipo androide está asociada con hiperinsulinemia, resistencia a la insulina, menor tolerancia a la glucosa, hipercolesterolemia, hipertrigliceridemia, diabetes e hipertensión. Este cuadro clínico es el llamado síndrome metabólico o síndrome X, y todos los síntomas implicados son factores de riesgo de enfermedades coronarias.
En el caso de la obesidad abdominal subcutánea los riesgos no están significativamente aumentados, y la respuesta a la sobrecarga con glucosa es similar a las personas con peso normal.


Aunque la obesidad tipo androide ocurre principalmente en los hombres, es también un factor de riesgo para la mortalidad en mujeres.


Obesidad de tipo ginecoide (femenina)
Esta obesidad se caracteriza por una acumulación de grasa en la región gluteofemoral: caderas, nalgas y muslos. Se la conoce como obesidad de la parte inferior del cuerpo y como obesidad en forma de pera. Se considera la obesidad ginecoide cuando el coeficiente cintura cadera es inferior a 1 en hombres y a 0,85 en mujeres.
Los adipocitos de la adiposidad tipo ginecoide almacenan grasa con más facilidad y después no le es tan fácil perderla. El riesgo para la salud no es tan grande como el que se supone para la obesidad tipo androide. La obesidad ginecoide es más frecuente en las mujeres premenopaúsicas y no comporta un exceso de riesgo cardiovascular ni de diabetes. Se asocia con más frecuencia a osteoartritis en las articulaciones de carga, insuficiencia venosa y litiasis biliar.
Si bien un programa combinado de dieta y ejercicio puede ayudad a mejorar la obesidad tipo ginecoide, es más difícil cambiar una figura con forma de pera a una con forma de manzana.
Obesidad de distribución homogénea
Se caracteriza por un exceso de grasa corporal sin que predomine en ninguna región concreta del organismo.
-IM-


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